martes, 26 de febrero de 2013

TE ODIO

    
Te odio, te detesto, no soporto estar contigo. Por que? Porque cada vez que me miras me pierdo en tu mirada, cada vez que escucho tu voz mi mente vuela libre, cada vez que me sonríes creo que todo va a ir bien, cada vez que me abrazas mi corazón late más deprisa que nunca, porque cada vez que me besas las mariposas de mi estómago se revolucionan y no puedo dejar de sonreír. Porque me haces feliz…

Y después siempre lo jodes...

Y acabo sufriendo, me haces daño, y quiero huir, quiero alejarme de ti, quiero que sepas que me haces llorar y no siempre de felicidad, quiero dejar de quererte. Quiero mandarte a la mierda, el problema?










Que me iría contigo.

lunes, 31 de diciembre de 2012

Adios 2012, con totus tuus....

Es difícil hacer balance de un año que se acaba, sin caer en la tentación de juzgarlo como bueno o como malo.

En él hay de todo: la muerte de seres queridos; la distancia de alguien querido que sufre y la impotencia ante su sufrimiento sin poder hacer nada, más que tener fe en su propia capacidad de salir adelante; la ausencia ya perenne de quien no tuvo el valor de vivir un gran amor; demasiadas incomprensiones e intolerancias de personas con las que compartí muchos años de mi vida; incertidumbre y sufrimiento a raudales de mucha gente del entorno...

En pocas palabras, la ruptura del presunto equilibrio de mi vida en muchos ámbitos, lo que sin duda genera miedo, pero a la vez ganas de "tirar pa'lante".

No obstante, aún habiendo sido un año complejo en muchos términos de mi vida, y sobretodo en el último trimestre (por no decir el último mes), podría afirmar que prevalece "lo bueno", pues he tenido experiencias intensas, sentimientos profundos y encuentros maravillosos en este último año.

No sé si será de los mejores o de los peores que me quedan por vivir, pues tampoco soy tan mayor (a pesar de lo que digan algún@s.....) pero sin duda momentos irrepetibles que, de no haber aprendido antes de mis penalidades, no habría sido capaz de capturarlos y vivirlos como los he vivido.

Es difícil de explicar, pero lo resumiría diciendo que muchos de esos momentos dejarán profunda huella en mi vida y hoy ya soy capaz de archivarlos como "para siempre", palabra que anteriormente me daba un cierto miedo por el compromiso con uno mismo, y con la vida que significa.

Han habido personas, momentos y lugares maravillosamente únicos y, como decía, para siempre! Antes, quizás, solo me deslizaba por esos diferentes momentos sin importarme más que su fin, su resultado tangible. Hoy, sea cual sea su sentido y su significado en mi vida, me despreocupo de su porvenir... quizás al fin he aceptado el devenir de la vida sin exigir algo a cambio o con un "resultado" concreto y esperado.

Como alguien dijo, "concéntrate en lo que quieres y luego, sin expectativas, espera lo que la vida te regala por ello".

Como decía, hoy tengo la sensación de que cada paso que doy cualquier día, tiene su significado y su razón de ser, para hoy y para siempre. Tal vez he aprendido a hacer de lo simple y cotidiano algo trascendente y relevante en mi vida entera. Los días han dejado de pasar uno a uno y deprisa, para hacerlo siendo verdaderamente consciente de su trascendencia y de la irreversibilidad de cada nuevo día que llega.

Por decirlo de alguna manera, he pasado de deslizarme por el tiempo sin pedir demasiadas novedades... a estar bien atento y preparado para acoger las que vengan y aprender a vivirlas.

¿Significa tal vez que ya no tenga miedo a lo que llegue?

No, como todos, tengo mis momentos en que dudo, en que me siento cansado de reaccionar a los acontecimientos que la vida me trae... pero he aprendido a responder con todo mi ser y no sólo reaccionar ante éstos.

¿Cómo ha sido, al fin, mi 2012?

En resumidas cuentas un año especial en todos los sentidos, con todos los altibajos de cada año, pero con un sentido que me ha permitido vivir situaciones únicas, mágicas e irrepetibles.

Un año esencial en mi vida presente... y futura, lo presiento!

Aunque es verdad que aún demasiado condicionado por factores simplemente externos y ajenos que me han exigido atención y consumido bastante energía... y es que uno sigue siendo demasiado exigente con uno mismo y con la propia vida, aunque ahora siendo consciente de que, si eres capaz de no esperar algo concreto de la vida, ésta te trae siempre algo sorprendente y ni tan siquiera imaginado.

¿Qué espero, entonces, del 2013, que está a punto de llegar?

Seguramente, sólo le pido confianza en la vida, y que sepa encontrarle siempre el sentido a todo lo que me ésta depare. Y eso, lo hago extensible a las personas a las que quiero y me rodean, estén cerca o lejos.

Creo que es una mezcla de agradecimiento por ser todo lo que soy y confianza en que, con todo ello, podré encontrar el significado de lo que me llegue.

Atención para atender lo que deseo y distensión para dejar que sea la vida la que decida cómo me lo agradece, sin expectativas ni demandas; afianzar - soltar, para mantener conmigo a personas que me enriquecen y a las que quiero y, a la vez, ser capaz de dejar ir (sin sufrir) a otras personas que requieren distancia para ser ellas mismas y luchar por su propia vida sin tenerme cerca.

Y, evidentemente, le pido al nuevo año que sea capaz de reconocer, sentir y vivir el amor y la felicidad que hay en mi corazón y cuando pasen cerca mío... o cerca de las personas que quiero.

FELIZ AÑO NUEVO A TODOS Y TODAS LOS QUE HABEIS COMPARTIDO 1 SEGUNDO DE VUESTRO TIEMPO CONMIGO, EN LA CERCANIA O EN LA DISTANCIA, DIRECTA O INDIRECTAMENTE.

jueves, 29 de marzo de 2012

Rey y Mendigo

Una vez un mendigo que estaba tendido al lado de la calle vio a lo lejos venir al rey con su corona y su capa. Pensó:

- "Le voy a pedir, él es un buen hombre, de seguro me dará algo".
Cuando el rey pasó cerca, le dijo:

- "Majestad, ¿me podría, por favor, regalar una moneda?" (... aunque en su interior pensaba que él le iba a dar mucho).

El rey le miró y le respondió:

- "¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no soy yo tu rey?"

El mendigo no sabía que responder y sólo atinó a balbucear:

- "¡Pero, Majestad...yo no tengo nada!".


El rey contestó:

- "¡Algo debes tener!... ¡Busca!".

Entre asombro y enojo, el mendigo buscó entre sus cosas y vio que tenía una naranja, un bollo de pan y unos granos de arroz. Pensó que el pan y la naranja eran mucho para darlos, así que en medio de su enojo tomó 5 granos de arroz y se los dió al rey.
Complacido, él dijo:

- "¡Ves como sí tenías!".

Y le dio 5 monedas de oro, una por cada grano de arroz. El mendigo dijo entonces:

- "Majestad... creo que por aquí tengo otras cosas...".

Pero el rey lo miró fijamente a los ojos y, con dulzura, le comentó:

- "Solamente de lo que me has dado de corazón, te puedo yo dar".

El Sapo y la Rosa

Había una vez una rosa roja muy hermosa y bella. Que maravilla al saber que era la rosa mas bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos.

Un día se dio cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo: Esta bien, si así lo quieres.

Poco tiempo después el sapo paso por donde estaba la rosa y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. Le dijo entonces: Vaya que te ves muy mal. ¿Que te paso? La rosa contesto Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual. El sapo solo contestó: Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín.

martes, 27 de diciembre de 2011

Gracias Patri

Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera.

Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados, pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales.

La carretera era muy larga, colina arriba, el sol era muy intenso, y ellos estaban sudados y sedientos. En una curva del camino, vieron un magnífico portal de mármol que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde manaba agua cristalina.

El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada. Buenos días.

Buenos días -respondió el guardián.

¿Cómo se llama este lugar tan bonito?

Esto es el Cielo.

Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos.

Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera.

Y el guardián señaló la fuente.

Pero mi caballo y mi perro también tienen sed...

Lo siento mucho -dijo el guardián- pero aquí no se permite la entrada a los animales.

El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo; dio las gracias al guardián y siguió adelante.

Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puertecita vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles. A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía. Buenos días -dijo el caminante.

El hombre respondió con un gesto de la cabeza.

Tenemos mucha sed, yo, mi caballo y mi perro. Hay una fuente entre aquellas ocas -dijo el hombre, indicando el lugar. Podéis beber tanta agua como queráis. El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed.

El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre. Podéis volver siempre que queráis - Le respondió A propósito ¿Cómo se llama este lugar?

Esto es el Cielo. ¿El Cielo? ...Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!

Aquello no era el Cielo, era el Infierno, contestó el guardián. El caminante quedó perplejo. - ¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe de provocar grandes confusiones!

¡De ninguna manera! En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos...

viernes, 11 de febrero de 2011

Sé como un muerto

El maestro le dice al discípulo:

-Acércate al cementerio. Una vez allí, con toda la fuerza de tus pulmones, comienza a gritar toda clase de halagos a los muertos.

El discípulo se dirige al cementerio. Una vez allí, comienza a decir toda suerte de elogios a los muertos y después regresa junto al maestro.

-¿Qué dijeron los muertos? -pregunta el maestro.

-No respondieron -contesta el discípulo.

Y el maestro le ordena ahora:

-Volverás al cementerio y soltarás toda clase de insultos a los muertos.

El discípulo acude de nuevo al cementerio y sigue las instrucciones del maestro. Vocifera toda suerte de imprecaciones contra los muertos y después se reúne con el maestro.

-¿Qué dijeron los muertos? -pregunta por segunda vez el maestro.

-No respondieron -contesta el discípulo.

Y el maestro concluye:

-Así debes ser tú: indiferente como un muerto ante los halagos o los insultos de las otras personas.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Un hombre sabio llamó a uno de sus trabajadores y le dijo, "Ve a la parte más profunda del país y constrúyeme una casa. Las decisiones del plano y de la construcción propiamente dicha están en tus manos, pero recuerda, tu trabajo es para un amigo mío muy especial."

Y así el trabajador partió con un corazón ligero a su campo de trabajo. Materiales de todo tipo abundaban allí, pero el trabajador tenía sus propias ideas. "Seguramente, pensaba, conozco mi negocio. Puedo usar materiales de menor cantidad y engañar a mi patrón un poquito, y aún así hacer que el trabajo final se vea bien. Solo yo sabré que lo que construí tiene puntos débiles."

Finalmente se terminó la construcción y el trabajador se reportó con el hombre sabio. "Muy bien," dijo. "Ahora ¿recuerdas que yo deseaba que usaras sólo los mejores materiales en esta casa porque quería regalársela a alguien?, mi amigo, tú eres para quien mandé construir esa casa. Es toda tuya."